En el dispositivo de cocina todas las semanas se piensan diferentes platos, los participantes le aportan algo nuevo que hace que el momento de elaboración sea único cada vez. En los preparativos se tienen en cuenta el clima, los saberes de cada receta que se comparten con otros y también los gustos personales de quienes participan.
En este espacio se hace del trabajo grupal, lo colectivo. «Ñoquis grupales» fue uno de los primeros nombres que aparecieron, luego surgió «Ñoquis entre muchas manos» dando cuenta del trabajo de aquellos involucrados. No solo implica reconocer los gustos y conocimientos de cada uno, sino también el disfrute de compartir una comida, de poder elegir qué comer y aprender a cocinar nuevas recetas.
En estos tiempos en los que el desamparo social impera en la vida de las personas, el lazo social y la producción con el otro son modos de vinculación en los cuales se produce filiación simbólica.